domingo, 21 de noviembre de 2010

ESCAPE CON UNA SOPRANO

A Arturo Alessandri Palma nunca le temió a los riesgos que involucraban sus atrevidos amoríos. Como le ocurrió en 1935, cuando tenía 65 años, y llevaba tres en años en La Moneda, en su segunda Presidencia.

Luego de las largas Fiestas Patrias, los reporteros de La Moneda fueron informados que el Presidente de la República, aquejado de una ligera indisposición, guardaba reposo en las dependencias de palacio.

Pero no estaba allí. Como en una novela por entregas, había desaparecido. Sólo su secretario, el jefe de la policía civil, y algunos amigos juramentados, conocían la sentimental verdad. El León se había encantado de Pina Gatti, la soprano italiana que cantó Tosca y El trovador en la temporada lírica. Muy galante, y también como un caballero, decidió ir a dejarla a Buenos Aires.

En el mismo tren, en el vagón de los coches dormitorios, hubo que instalar dos guatones de la Novena Administrativa de Investigaciones, la policía política, conocidos como los guatones por ser todos anchos como “roperos de tres cuerpos”.

Fue el secreto mejor guardado, poniendo a prueba los nervios de sus más cercanos, que temían que si la oposición se enteraba pudiera lograr que se declarase vacante el cargo, pues entonces el Presidente requería de la autorización del Parlamento para ausentarse del país.