martes, 19 de octubre de 2010

¿EL REY DE LA SELVA?

Uno de los incidentes más sonados en la historia , se produjo con la publicación del número 285 de la revista "Topaze".

Esta revista, que se rotuló a sí misma como "el barómetro de la política chilena", nació en el año 1931, fue publicada hasta 1970, y se transformó en la más importante publicación de su ramo en Chile. La revista Topaze las emprendía sin distinciones contra el Gobierno o contra la oposición, no pocas veces debió pasar algunos tragos amargos con la censura.

Sin embargo, el momento más complicado de su historia se dio en la segunda semana de Enero de 1938. En aquellos años, la política chilena estaba algo complicada. Arturo Alessandri Palma había sido Presidente de Chile desde 1932, tocaban elecciones en 1938, y era el primero que estaba casi por acabar su período presidencial desde él mismo, porque entre 1925 (en que el mismo Alessandri había abandonado el mando supremo) y 1932, Chile había estado sumido en una fuerte anarquía y un estado cercano a la falta de Constitución, si no en la teoría, sí en la práctica.

Para esa elección, uno de los favoritos era el General Carlos Ibáñez del Campo, quién había sido Presidente de Chile por la vía del golpe de estado, entre 1927 y 1931, hasta que los efectos económicos de la Gran Depresión habían terminado por obligarle a renunciar. Ibáñez aspiraba a llegar otra vez a Presidente por la vía electoral, apoyado por grupos de derecha, incluyendo a grupos simpatizantes nazis (en la época no estallaba aún la Segunda Guerra Mundial, y los nazis no estaban tan desprestigiados como después de ésta).

Alessandri en su segundo período había gobernado con la derecha, no simpatizaba con Ibáñez del Campo, y de hecho, le había atacado con un duro discurso. En respuesta, Ibáñez del Campo no se achicó, y lanzó una carta pública de desafío al mandatario. Todo el mundo esperaba que el Presidente de la República salvara la dignidad del sillón presidencial y pusiera en su lugar a Ibáñez del Campo, pero esto no sucedió. Coke entonces dibujó una caricatura (y "Topaze" la publicó, claro) titulada "se chupó", en que un pintor dibujaba a un león rugiendo, mientras que delante suyo tenía el modelo de un león en el suelo, con el pie encima de un domador, que tenía la cara de Carlos Ibáñez del Campo (es la imagen que ilustra este posteo, por más señas).

El Profesor Topaze, protagonista de la revista, le decía al pintor: "¿Sabe, mi general, que no es tan bravo el león como lo pintan?". El puñetazo era bien visible, porque Arturo Alessandri Palma no en vano era conocido como "el León de Tarapacá". Con todo, Coke le había encargado la caricatura a Pekén, otro dibujante, con la prevención de que no lo fisonomizara con los rasgos del Presidente.

Antes de que la revista fuera lanzada, de alguna manera, Alessandri se enteró. Coke fue inmediatamente puesto bajo arresto.

El ministro instructor preguntó:-¿Ha sido su intención personificar al Presidente de la República en la figura de este león?

-Me sorprende que S.S. suponga que S.E. pueda ser representado por un animal- fue la respuesta maliciosamente "ingenua" de Coke, quien ganó así la batalla legal.

Con todo, cuando volvieron a la editorial, Coke se encontró con la noticia de que la Policía de Investigaciones había entrado al edificio y retirado en camiones la tirada completa. Después de investigar varias horas, descubrieron finalmente el lugar en el cual la tirada completa había sido incinerada. De inmediato buscaron al juez, el cual acudió al lugar el prefecto Peluchonneau denunciado junto a un actuario.

Obtuvieron las pruebas entre los restos calcinados, y con ello hubo un nuevo proceso, ahora contra la Policía de Investigaciones. En unas cuantas horas, estaba renunciado, y el propio Presidente Alessandri debía confesarse por radio como responsable de dar la orden...Ni qué decir de cómo Topaze se festinó por semanas a costa de Alessandri, quien tuvo que mantenerse callado.

En una de las tantas, lo dibujó amenazando al Profesor Topaze, diciéndole "Amigo Topaze, hay que odiarme menos y quererme más"... Muchos años después, Alessandri diría de su acerba relación con Topaze: "No le guardo rencor a Topaze. Es cierto que ha sido injusto y violento conmigo, pero no me quejo. Siempre he pensado que los hombres tienen su sino, y el mío ha sido que, como a las pelotas de fútbol, mis adversarios me han levantado a puntapiés"...