miércoles, 29 de septiembre de 2010

QUE NO SE ESCAPE PAPÁ

Cuando Pinochet expulsó de Chile a Jaime Castillo Velasco, José Piñera pidió que agragaran su nombre en una declaración de protesta que estaba preparando Sergio Molina. Éste le dijo que no lo habían considerado, pues él era funcionario de la CORFO. Piñera insistió y, en cuanto a su cargo, dijo que prefería poder ver su rostro en el espejo, mientras se afeitaba, sin tener que sentir verguenza.

Fue exonerado ese mismo día. Desde entonces, jamás se perdió manifestación o protesta, causando preocupación a su hijo José, quien desde su ministerio llamaba a su madre, para decirle: "Mamá, cuida que mi papá no salga". Ella le respondía que ya había salido, agregando: "Pero me prometió que se iba a portar bien".

sábado, 11 de septiembre de 2010

EL ESPEJO

Estando en plena Guerra del Pacífico se hacían interpelaciones a los titulares de los ministerios, y el ministro del interior del Presidente Aníbal Pinto, Belisario Prats, tuvo que enfrentar una acusación en la cámara baja. Instantes antes de responder a la acusación, Prats discutió con el presidente, y al no estar este último de acuerdo con algunas de las proposiciones de Prats de ocupar Tarapacá con las tropas y las pocas municiones que había en Antofagasta, sin preocuparse de la próxima salida al mar de la escuadra peruana, cuyas reparaciones tocaban a su termino. Y volvió a repetir lo que antes había expuesto en el Consejo de Guerra. Pinto lo contradijo que aun supuesto que las pocas municiones de que se disponían, bastasen para expulsar a los peruanos de Tarapacá, ya que estos podrían reforzarse fácilmente con el ejercito de Tacna, y no tener municiones para una segunda batalla.

Prats, exasperado, hizo al presidente, quien se paseaba, un ademán grosero, por la espalda, que desgraciadamente se reflejó en un espejo del salón. Pinto aparentó no haber advertido el ademán. El 12 de abril de 1879, la cámara rechazó el voto de censura por 52 votos a 21, pero cuando los ministros regresaron a la Moneda, llevando alborozados la noticia e su aplastante victoria, Pinto recibió a Prats tan secamente y con tanta frialdad, que el ministro tuvo que presentar su renuncia al día siguiente 13 de abril. Prats y Pinto no volvieron a saludarse en el resto de sus vidas.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

AYUDEME SUEGRA

Manuel Montt es una persona que tenía como características de ser parco, reservado, enemigo de las ostentaciones, evitaba los discursos. En un banquete insistieron que hablase, y él se negó a hacerlo, pero con un fundamento: "El Presidente de la República sólo puede hablar por decreto". Y volvió a sentarse.

Pero a los 30 años, era magistrado de la Corte Suprema y parlamentario, reparó no sólo que estaba de más para casarse, sino que ni siquiera se dio tiempo para pololear. Se fijó en su prima Rosario Montt Goyenechea.

Había una diferencia de edad entre ellos (él la doblaba, ya que Charito tenía 15 años), pero también de caudales, pues por el apellido materno se ramificaba los Cousiño y los Gallo, dueños de minas de carbón, unos, y de plata, los otros. En aquellos años un matrimonio entre primos, e incluso entre tíos y sobrinas, era bien visto, porque "solidificaba" la familia.

En buenas cuentas, Montt terminó declarándose a la suegra, la que transmitiría el encargo a su hija. La dama quería entrañablemente a Montt, al que llamaba sin reservas "mi negrito", y lo hallaba muy distinto a los frívolos jóvenes que frecuentaban su hogar.

Doña María de la Luz Goyenechea de la Sierra alentó el romance y preparó el camino. Un día, estando él de visita, llamó a su hija que estaba en un patio encumbrando volantines con otros muchachos, diciendole: "Charito, tu primo tiene algo que decirte". Lo que él por timidez no le dijo, se lo agregó ella. Desde ese momento quedaron novios.