domingo, 4 de julio de 2010

LA ELECCIÓN DE 1896

El ultimo Presidente electo en el siglo XIX, el liberal Federico Errázuriz Echaurren, encarna gran parte de los vicios y descréditos de la antigua política chilena. Hijo de otro presidente, Federico Errázuriz Zañartú, de zigzagueante y discreta conducción, Federico II era un poco más hábil que su padre y bastante más liberal, en el amplio sentido de la palabra: el presidente elegido en 1896 estaba casado con una bella dama, Gertrudis Echenique, y tenía debilidad por las casas de remolienda. En buen chileno era un “putero”.

De no ser por su parentesco, nunca habría a ocupar la presidencia. El candidato natural de los liberales era el senador y abogado Vicente Reyes Palazuelos, “un símbolo de rectitud personal, profesional y política”. Pero a Reyes Palazuelos le jugaba en contra su desapego en materias religiosas. El clero y por extensión los conservadores, no le perdonaban el comentario lanzado contra una dama que lo increpó un Viernes Santo por no vestir de luto, como era la costumbre de la época. El parlamentario llevándose el índice a los labios y con voz de confidencia habría dicho: “Es que estoy en el secreto, (Jesús) mañana resucita”.

En una convención ampliada de liberales de todos los tintes, suerte de primarias celebradas a principios de 1896, se decidió entre uno y otro. Errázuriz Echaurren en vez de discursear los invitó a todos a comidas y tragos en casas de sobrinas. Les decía: “Si todos somos liberales, ¿para qué hablar de doctrina?". En cambio, Reyes brillante orador político y jurisconsulto, los cohibía con su solemne retórica.

En la primera votación, Errázuriz se impuso a Reyes por apenas dos votos de un total de 280. Pero había dos electores penquistas que se habían abstenido y que se definían como “liberales sin compromiso”. En buenas cuentas le darían su voto a quien pagara más, y éste tenía que ser Errázuriz, pues Reyes jamás lo haría. En toda la campaña había gastado solamente cinco mil pesos, contra el millón que puso Errázuriz para la sola organización de la convención.

Conseguido los votos restantes, y tras el veredicto final del Congreso Pleno, el proceso eleccionario de 1896 fue un mero trámite.

No hay comentarios:

Publicar un comentario